Constantemente vivimos un enfrentamiento entre dos mundos. Uno que nos susurra para que seamos cautos y el otro que nos grita que no hay mañana.

Convivimos con esa dicotomía que arrastramos desde la época de nuestros tatarabuelos. Porque nada es nuevo, pero todo se reinventa.

¿Cómo ser la mejor mamá del mundo y al mismo la que más fantasías enciende? ¿Cómo entender que el dinero no es todo, pero necesitarlo para tener lo que queremos? ¿Por qué queremos que nos besen, pero también que nos muerdan?

De ahí nace Grita Silencio, un lugar que entiende ese choque frontal a mil kilómetros por hora. Confrontar lo que parece imposible. La tranquilidad del que sabe, con los gritos de los que recién empiezan. Porque nada está bien y nada está mal. Nada. Nada es constante.

Y quién decide cuando y como cambiar, sos vos